Uno de los modulos más interesantes que impartió Aberasturi fue el que incluia explicaciones sobre el lenguaje no verbal. Como díría el mismo Aberasturi, no nos podemos obsesionar con el L.N.V. pero si prestarle atención porque muchas veces delata lo que estamos pensando. Aquí os paso un interesante post de un blog, también muy interesante.
A.L.——————————————————————–
El lenguaje corporal es más importante que el lenguaje hablado dentro de una conversación, ya que inconscientemente transmitimos y percibimos con los gestos más del 60% de lo que decimos con las palabras, de forma que cuando conversamos, también enviamos muchas señales, mensajes y sentimientos a través de nuestros gestos y posturas. A lo largo de los años he aprendido la importancia del lenguaje corporal y de cómo utilizarlo en mi beneficio dentro de la empresa. Aquí te doy varios consejos e informaciones que podrían ayudarte en muchas situaciones y darte ventaja frente a los demás.
Lo mejor de todo es que el lenguaje corporal puede modificarse voluntariamente para beneficio personal. Sin embargo no es fácil realizar esta hazaña y requiere de mucha práctica conseguirlo, debido a que las reacciones subconscientes son automáticas y espontáneas. Si se desea cambiar el lenguaje corporal voluntariamente, lo mejor es empezar por modificar los gestos más llamativos y vistosos, puesto, que los pequeños mensajes corporales, como la dilatación o contracción de las pupilas, los tics nerviosos, el rubor en la mejillas, o los temblores, entre otros, son mucho más difíciles de dominar. Es menester recalcar aquí, que el hecho de modificar unos gestos por otros (mejores), puede transformar a un fracasado en triunfador, a un estúpido repulsivo en un simpático atractivo, a un pobre en un rico, es decir, a un desgraciado en una persona feliz. En la empresa podemos incluso dominar, influenciar y manipular tanto a otras personas como a situaciones complejas simplemente utilizando un lenguaje corporal adecuado en conjunción con nuestras palabras. Suena tentador ¿verdad?…Pruébalo y verás pronto los resultados…¿Cómo crees que he estado tanto tiempo trabajando en multinacionales?
Tu rostro: ¡Sonríe! Intercalar sonrisas cálidas y francas en la conversación transmite confianza, alegría y buena disposición. Sin embargo, no exageres. Sonreír demasiado frecuentemente puede convertir el gesto en una especie de mueca y dar la impresión de que es algo hueco, vacío y fingido. Apretar exageradamente los labios puede delatar que tienes dudas o desconfianza acerca de lo que el otro está diciendo o sugerir que no estás expresando realmente lo que piensas o sientes. Usa tus ojos para hablar.
Los ojos son las ventanas del alma. La persona que mira limpiamente a los ojos de otros es una persona segura, amistosa, madura y sincera. Los ojos y la mirada pueden decir mucho porque expresan prácticamente todas las emociones: alegría, tristeza, inquietud, tensión, preocupación, estimación o respeto. Por los ojos muchas veces se puede saber lo que alguien está pensando. Por eso, constituyen una ayuda poderosa en la conversación.
Cuando estés hablando con alguien, no mires hacia otro lugar que nos sea su rostro. Tampoco mires morbosa y curiosamente los zapatos, pantalones, camisa o peinado del que habla (se dará cuenta). Mantén el contacto ocular, pero sin fijar en exceso la mirada: eso sólo lo hacen los locos. De todas formas, si quieres fijar la mirada durante mucho tiempo en alguien sin cansarte psicológicamente, mira su entrecejo (entre los dos ojos). Para el otro no hay diferencia.
Tus manos: Se pueden aprovechar muy bien para complementar tus palabras y dar mayor fuerza a tu conversación. No las utilices inútilmente y mucho menos para hacer cualquier cosa que distraiga a la otra persona. Tampoco las uses violentamente, palmoteando o casi tocando en el rostro a la otra persona.
Sobretodo, cuidado con lo que tocas. Hay muchas personas que siempre están dando palmadas en la espalda o tocando a los otros en los brazos, como para llamar su atención. Es bueno demostrar cariño, pero también hay que guardar el debido respeto (y espacio) a los demás. Muéstralo no tocando a la otra persona innecesariamente. Hay quien se siente muy molesto si le tocan, ten cuidado. Pero tampoco hables o escuches con las manos metidas dentro de los bolsillos porque eso denota indiferencia y mala educación.
Los Gestos: La actitud física demuestra lo que el alma está sintiendo. Si alguien finge interés en una conversación, la otra persona se dará cuenta muy fácilmente por sus gestos y ademanes. Moverse nerviosamente o levantarse, cruzar y descruzar las piernas, moverse en el asiento o mirar constantemente el reloj demuestra aburrimiento y es una gran falta de respeto. Si tienes que mirar la hora, hazlo en el reloj de otro sin que se dé cuenta.
Sentarse: Aprende a sentarte tranquilo y comportarte cuando se escucha. Reparte equitativamente el peso de tu cuerpo para no cansarte mientas estás sentado conversando. Si te sientas en el borde de la silla, es indicativo que deseas irte tan pronto como sea posible.
Si cambias constantemente de posición, estás expresando a gritos que estás aburrido. Si mueves incesantemente los pies durante la conversación, tu interlocutor pensará que estás molesto, inseguro, irritado, nervioso, cansado o aburrido. Sitúate en una posición cómoda y descansada que te permita respirar mejor y manejar mejor tu voz.
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