Permitídme que de la turra con algo del sector de la automoción, mi bien querida-odiada automoción… ahí va.
Leo en un artículo de mediados de mayo en Expansión que la salvación de Fiat no tiene nada de milagroso: representa tan sólo el ejemplo de una transformación genuina de la empresa basada en algunos pilares como el premio al mérito (meritocracia), de reconocimiento de ciertos privilegios a quienes demuestran alcanzar los objetivos fijados, una estructura flexible que cuente con líderes jóvenes, y el control de los resultados.
Sergio Marchionne, consejero delegado de Flat, resumió así los ingredientes de la fórmula con la que en tres años ha sacado a flote la mayor empresa italiana «de uno de los periodos más oscuros de su historia», afírmó en su intervención en el Forum Economía y Sociedad abierta, organizado en Milán por la Universidad Bocconi y el diario Il Corriere Della Sera.
En el despacho de este directivo de moda entre los jóvenes italianos -cual estrella de futbol- cuelga un gran cuadro negro con la palabra «Competencia». Para saber el sentido de esto que cuento os recomiendo el artículo.
PAco
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